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lunes, 14 de noviembre de 2011

14 de Noviembre: Día Mundial de la Diabetes.


"PUEDO DECIR QUE SOY DUEÑA DE MI ENFERMEDAD"

Me llamo Carolina, tengo 20 años y tengo diabetes desde los 9.
Los primeros síntomas que tuve de la enfermedad fueron baja de peso, fatiga, comencé a tomar mucha agua y a orinar mucho, incluso me levantaba dos o tres veces en la madrugada para beber y orinar.
Al principio es difícil entender la enfermedad y sobre todo aceptar que te va a acompañar de por vida porque es una enfermedad crónica. Uno se pregunta infinidad de cosas ¿Cómo es el tratamiento, que pasa si no te cuidas, puedo tener una vida normal, nunca más voy a poder comer cosas con azúcar, me tengo que inyectar insulina siempre, voy a vivir menos que los demás, mis hijos van a ser diabéticos? Y así como todo asunto nuevo y desconocido el diabético tiene que aprender, para que todas esas preguntas queden totalmente resueltas.
Cuando me declararon diabetes, yo estaba en cuarto grado. Una edad complicada para entender que había muchas cosas en las que tenía que prestar más atención que los demás chicos de mi edad. El primer desafío fueron los cumpleaños: aprendí a pedir gaseosas sin azúcar y saber que cuando no había tenía que tomar agua, lo mismo con la torta, mejor no comer. En el colegio, saber decir no a las galletitas dulces, a los caramelos, chupetines y alfajores. Y así cada situación de la vida cotidiana fue adaptada a la enfermedad. Es fundamental que toda la familia y la gente que te rodea aprendan también de la diabetes para poder acompañarte y cuidarte lo mejor posible. Con el tiempo uno sabe qué comer y qué no, cuanta insulina se tiene que dar, cómo cuidarse, etc. y todas esas preguntas que un principio te ahogaban ya no molestan porque tuvieron una respuesta y una solución.
Hoy, 11 años después de que me declararan diabetes insulinodependiente puedo decir que soy dueña de mi enfermedad,  junto con médicos, familiares y amigos logramos que esto no sea un problema sino una forma de cuidarse y evitar complicaciones a largo plazo. Hoy en día puedo comer de todo, sí de todo, incluso todas esas cosas ricas que en un principio parecían prohibidas, me inyecto cada vez que es necesario, hago mis controles de glucemia, voy al médico cada 3 meses, me mantengo informada sobre todos los avances y noticias de la enfermedad, estudio medicina, salgo con mis amigos, voy al cine, al teatro, viajo, me voy de vacaciones, terminé el secundario, trabajé, soy catequista en una parroquia y no puedo dejar de hacer cosas, en conclusión tengo una vida completamente normal. 
Como me decía una diabetóloga del Hospital de niños Pedro Elizalde: “El diabético no está enfermo, se enferma si no se cuida”.


Muchas gracias Carolina por tu aporte a este blog.